LA FAMILIA ESTADO: EL FIN DE UNA EPOCA


Los sociólogos han estudiado fenómenos de acaparamiento del Estado por parte de Partidos Políticos, que han devenido en un régimen autoritario y de degradación de la infraestructura institucional. De esta crítica surge la teoría del Partido Estado. El Partido Estado es un régimen político en donde la estructura estatal se confunde con la estructura partidaria, se fusionan. Todo lo que no resulta funcional al Partido, termina siendo rechazado en el funcionamiento estatal, derivando en un régimen de autoritarismo creciente, difícil de controlar.


Son derivaciones institucionales que se han registrado tanto en el capitalismo como en las experiencias socialistas del Este Europeo. El Partido Estado fue un elemento importante de la caída de esos procesos de transición socialista y también un elemento sustancial de la actual crisis del Capitalismo. En Latinoamérica tenemos el caso que ha vivido México con el PRI, este Partido se ha fusionado al Estado mexicano durante más de 70 años. Recién tras el levantamiento zapatista (EZLN) que no se ha planteado la disputa del poder, pero que ha realizado una eficaz denuncia de la discriminación de los mayoritarios pobladores del México profundo, han surgido otras fuerzas políticas capaces de disputar el poder del Estado al PRI. No se trata de la cantidad de partidos políticos que existan, pueden ser uno o muchos, el punto del problema se centra en confundir al Estado con el Partido de Gobierno.


Esto viene a cuento de la desgracia institucional en la que nos vemos sumergidos los correntinos. Si es malo para la Democracia y la Justicia el régimen del Partido Estado. ¿Cómo deberíamos caracterizar entonces a lo nuestro? ¿A eso que nos gobierna?, donde en realidad se accede al Poder desde un Partido que se fusiona rápidamente con el organigrama de Gobierno tomando control de todo el Estado, pero donde además ese Partido deja de ser un espacio de participación orgánica partidaria, para convertirse en el ámbito hegemónico de una familia.

¿Tendremos que fundar la Teoría de la Familia Estado? ¿Será que Corrientes estará destinada siempre a confundir y a malograr a los sociólogos? Supongo que no. Lo que ocurre es que dentro de una gran degradación institucional como es el Partido Estado, se ha desarrollado una máxima degradación, como subespecie más perversa de aquel, que es la Familia Estado.

Veamos nuestra realidad: Venimos de la última Intervención Federal, desgraciada por donde se la mire, que desembarca a Corrientes, represión sangrienta mediante, para sofocar una rebelión popular provocada por condiciones sociales explosivas, favorecidas por la pelea a niveles institucionales, de dos hermanos de sangre, de una familia tradicional, los hermanos Romero Feris. ¿Qué hacen los interventores? ¿Producen un cambio de este régimen y de las condiciones sociales? Negativo. Por el contrario, aceptan estas condiciones y las agravan, saquean todo lo que pueden endeudando más a la Provincia, y cuando se retiran dejan “su gente”, fundando una nueva Familia Estado.

Es decir, los Interventores usan al Estado para favorecer a su lista de candidatos, el flamante Frente de Todos, hegemonizado por la Unión Cívica Radical. Pero este partido, la UCR, que siempre fue fracción política minoritaria en la Provincia y supuestamente enfrentada a los estamentos conservadores, ahora devenido en Partido de Gobierno, ¿Produce un cambio de régimen o de condiciones sociales? Negativo también. Rápidamente se transformó en Partido Estado y a poco de andar ya se vislumbraba en el Poder una nueva Familia Estado. Y como no podía ser de otra manera, una nueva pelea entre parientes, para una nueva vuelta de tuerca de esta crisis institucional que no encuentra solución en esta lógica depredadora de los recursos públicos.

Ayer los hermanos que estaban en un mismo partido que luego dividieron en dos en su pelea, ahora los primos Colombi haciendo lo mismo con otro partido. Arturo y Ricardo. Es que por lo visto la Familia Estado saltea al Partido Estado que la funda. No lo necesita, lo puentea. El partido tuvo que elegir (UCR) y eligió a Ricardo, al otro primo no le importó mucho porque tiene el Estado y rápido inventó un sello partidario. Uno que dice que vuelve con el Partido que los postuló, el otro que dice que se queda con el sello nuevo y el poder que le da el Estado. La degradación en su pico máximo.

La Literatura mundial es abundante en historias fabulosas de familias millonarias en disputas infernales entre sus miembros por la sucesión del viejito con plata. Los hijos preferidos se matan con los menos favorecidos, y ambos se unen contra los hijos extramatrimoniales, y las mujeres capítulo aparte, las legalizadas contra las no legalizadas. En fin, para alquilar balcones, mientras el viejito con plata se va muriendo, solo puede acariciar al perro que le lame la mano. El can es el único ser leal y agradecido que lo rodea y cuida de él. El problema es que en Corrientes el viejito con plata que se está muriendo enfermo es el Estado y el perro somos nosotros, los ciudadanos todos. Es el lugar que nos dio este esquema de poder.

No se trata de un maleficio o de una condena que Corrientes deba sufrir por los siglos de los siglos. No estamos ante un fenómeno inevitable. Debemos cambiar de rumbo evitando los lugares comunes de esta cultura patética en el ejercicio del Poder. Esto es, cambios en el régimen político y en las condiciones sociales que lo permiten.

No estoy negándole legitimidad a la participación política de los familiares de los dirigentes, esto en sí mismo es genuino, y forma parte del peso que tiene la familia en la vida comunitaria natural de los correntinos. Pero esa participación debe comenzar antes, en los movimientos políticos y sociales, y no simplemente a la hora de cubrir cargos estatales. El Estado no es hereditario por consanguinidad ni afinidad. No puede dedicarse al favor de una casta de antiguos o nuevos ricos. Y la familia no puede reemplazar a los Partidos Políticos, ni a los Sindicatos ni a los Movimientos Sociales. Un Estado así no supera a la autocracia medieval y en este momento no puede terminar bien. Las organizaciones políticas y sociales deben “mediar” entre el poder del Estado y los habitantes todos, una familia por más buena voluntad estalla ante esas contradicciones. Igualmente, los Partidos políticos, no pueden reemplazar al Estado.

El Estado es un fenómeno, hasta este momento de evolución de la humanidad, que permanece. Los partidos políticos pasan, el Estado hasta ahora queda. El Estado continúa porque los pueblos no se suicidan dicen algunos. Habrá que ver si es así porque el debate que se abre es para qué debe estar el Estado: si para sostener los privilegios de algunos pocos o para distribuir las oportunidades a todos. Pero eso es parte de otro gran tema de reflexión social. El punto aquí, de estas líneas, es que no es inteligente ni aconsejable manejar al Estado como una pandilla maneja sus recursos, a los tiros.

Además debemos los correntinos madurar, más rápidamente aún, de lo que fuimos creciendo estos últimos 10 años. Ya no es serio que un Sr. diga que es la solución a todos los males creados por otro, su primo, a quien él mismo entronizó en el poder por portación de apellido. No es serio el partido político que permitió ese entuerto. Ni tampoco es serio que nosotros no pensemos en la posibilidad queesa pelea familiar se solucione con un corderito mientras el pueblo estalla.

Debemos refundar la política. La fuerza del Poder debe nacer de las bases sociales de participación, donde las confianzas se construyen por ideas no por ADN o apellidos. La política como lucha por el acceso al poder del Estado es legítima en cuanto se nutra de un programa de Gobierno por el cual el soberano (Pueblo) confiere mandato a cumplir a los votados. Pero el soberano este que somos todos ya no podemos confiar en la simple buena voluntad de los votados. Ya no basta. Esto es así: los representantes lo son indudablemente, mientras en verdad lo sean, en una acción conjunta con los “representados”.

Si queremos cambiar de rumbo debemos tomar las riendas de la construcción de este Poder para garantizar una política de cambios sociales profundos, que deje sin rehenes al poderoso detentador de beneficios pasajeros, liberando de cadenas nuestra conciencia y desterrando al pasado esa imagen de provincia pobre que no nos merecemos ni nosotros ni nuestra descendencia.

Este es el rumbo de nuestra travesía, cambio político y cambio social. Debemos ir abriendo los caminos, trazando las rutas a seguir, para avanzar paso a paso, hasta llegar al lugar que soñaron ellos, los abuelos, los originarios. Hasta llegar a nuestra casa, la verdadera esa que buscaron los primeros de nosotros. Hasta “la tierra sin mal”.

SONIA LOPEZ
Convencional Constituyente MC del Partido Comunista
Candidata a Diputada Provincial


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